08 junio, 2013

El Puerto de Santander, excluido de las conexiones prioritarias de la UE

Bruselas rechaza su inclusión en la Red de Transporte y queda fuera de las ayudas para el periodo 2014-2020

La Unión lamenta que «hemos laminado nuestras posibilidades para inversiones»

El puerto de Santander ha quedado excluido de las conexiones prioritarias de la Unión Europea de la Red Transeuropea de Transporte. La Comisión Europea analizó a finales de mayo la propuesta del Gobierno español y aceptó la incorporación de trece enlaces ferrovarios con otros tantos puertos de España, entre los que no figuran ni Santander ni Vigo. En febrero, el Ejecutivo cántabro promovió una resolución para que el puerto santanderino se integrase como nodo central en la Red de Transporte. SANTANDER. La Red Transeuropea de Transporte (RTE-T) es el mapa de nuevas infraestructuras diseñado por la Unión Europea para mejorar la circulación de personas, energía, comunicaciones y mercancías durante las próximas décadas. Ahí aparecen, por ejemplo, las ciudades que tendrán Alta Velocidad ferroviaria antes de 2030. La parte que afecta a España la propuso el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y se articula a través de dos corredores, el Mediterráneo y el Atlántico, este último con un enlace dibujado entre Santander y Palencia sin proyecto, plazos ni fondos asignados.

 Tras la llegada al Gobierno del PP, el Ministerio de Fomento de Ana Pastor añadió un tercer corredor de los barajados antes, el Central, que nacería de un paso en los Pirineos, así como una serie de conexiones ferroviarias con varios puertos y aeropuertos del país tampoco contempladas dentro de la Red que se aprobó en 2010. En ese nuevo paquete, trasladado en 2012 a Bruselas, iba el puerto de Santander, que permanecía igualmente aparcado de cualquier inversión a medio plazo.


Se ha vuelto a quedar fuera. La Comisión Europea (CE) y la Eurocámara acordaron a finales de mayo la incorporación de 13 enlaces ferroviarios con los puertos de A Coruña, Algeciras, Barcelona, Bilbao, Cartagena, Gijón, Huelva, Las Palmas, Palma de Mallorca, Sevilla, Tarragona, Tenerife y Valencia. La capital cántabra, no. Tampoco Vigo o Cádiz. Ni el Corredor Central.

La decisión supone un golpe a las pretensiones del Gobierno autonómico. El pasado mes de febrero, el presidente Ignacio Diego, como presidente de turno del Buró Político de la Comisión Arco Atlántico, que integra a 21 regiones europeas, promovió una resolución para que los puertos de Santander, Vigo, Sines (Portugal) y Brest (Francia) se «integrasen como nodos centrales de la Red Transeuropea de Transportes». No ha sido así.

Por contra, los elegidos participarán en distintas órdenes de subvenciones entre 2014 y 2020, dentro de un montante global para todos los países implicados de 29.300 millones de euros. Conformarán la denominada Red Básica, donde aparecen también los recorridos de Alta Velocidad ferroviaria a los que Cantabria, por ahora, no concurre. Tampoco lo hace en los aeropuertos, pues el último acuerdo acepta los de Barcelona, Bilbao, Madrid, Palma de Mallorca, Sevilla, Tenerife Sur y Valencia. Además de Alicante, Las Palmas, Málaga y Tenerife. El resto de ciudades, como sucede con las líneas de AVE y los enclaves portuarios, habrán de esperar un plazo indeterminado hasta recibir alguna subvención, que en todo caso será para estudios informativos; esto es, para arrancar su planificación.

Fomento añadió el dibujo de la Alta Velocidad cántabra en el Plan de Infraestructuras Transporte y Vivienda (PITVI) para 2012-2014, con un coste de 3.400 millones de euros, que lógicamente sólo es viable con respaldo europeo. Por ahora, el ministerio ha aprobado otro tipo de obras: la mejora del recorrido actual entre Santander y Palencia (95 millones) y la renovación de la catenaria entre Torrelavega y Bárcena Pie de Concha (4,9 millones).

La Unión
El presidente de La Unión, Rafael Sebrango, opinó ayer que «al quedar fuera, hemos laminado nuestras posibilidades futuras para la recepción de inversiones industriales. Es un fracaso mayúsculo», que definió como «‘cantabricidio’».

Fuente: El Diario Montañés