11 enero, 2014

Con ánimo constructivo




Transcurrían los primeros días de 2013. Era media tarde cuando en la radio escuché una entrevista  de una conocida periodista a un individuo que se dedicaba al estudio de la mente humana. La entrevista me pareció muy interesante y ahora, en mi faceta docente, me apetece comentarla.

Este buen hombre, estudioso de la mente humana hacía, entre otras, las siguientes afirmaciones:
-  La Creatividad se encuentra  en una parte de nuestro cerebro que viene a estar situada aproximadamente un par de centímetros por debajo del lóbulo de la oreja derecha.
- Afirmaba también que la persona que nace con el don de la creatividad lo conserva siempre. Sólo el acomodo, la rutina,  la falta de ilusión, el conformismo, etc. pueden hacer que una persona creativa deje de serlo. 
- Pero al igual que hacía esta afirmación también afirmaba que ese don no se adquiere ni con técnicas, ni con estudios, ni con nada parecido. Simplemente, que hay personas que nacen con ese don y otras que nacen sin él.


Esto que,  a poco que reflexionemos, comprobaremos que es cierto, no es percibido o reconocido por gran parte de la humanidad. Quizá por la dificultad que entraña el reconocer las propias limitaciones. 
Por lo tanto y dentro las particulares percepciones individuales, se puede dar el caso de que se confundan términos y se acabe creyendo que creatividad también consiste en la destruicción del trabajo ajeno. Por poner un solo ejemplo,  todos sabemos que se celebra la botadura de un buque, pero nadie monta una fiesta por su desguace.  
Como conclusión, para ese nutrido grupo de personas,  sería recomendable que, de vez en cuando, se reflexionara para ver si lo que se va dejando detrás no es algo similar a un desierto. 

Esta constructiva lección, la doy gratis.

José Loreto.