17 febrero, 2010

Los Riesgos Psicosociales

En la anterior reunión del Comité de Salud Laboral, desde UGT solicitamos que se ampliara el plan de prevención de riesgos, incluyendo en ellos los Psicosociales. En principio no hubo problemas y se aceptó por la parte empresarial. Sin embargo, en el acta de la reunión de hoy no figuraba. Por solicitud nuestra se rectificó esta pero ya no se recoge con tanta contundencia. Nosotros hemos pedido explicaciones al respecto y al gerente solo se le ha ocurrido contestar que no se van a realizar los test oportunos a los trabajadores por que ya sabe que el resultado va a ser positivo.

Toda la parte empresarial esta de acuerdo en negar la evidencia porque temen las repercusiones. Ese no es nuestro problema. Nosotros insistiremos. Os adjuntamos un artículo recogido de RR.HH.com en el cual se define esta patología. No nos extraña que sin realizar ningún test ya se estén poniendo la venda los empresarios.


El síndrome de “burnout”, también llamado síndrome de “estar quemado” o de desgaste profesional, se considera como la fase avanzada del estrés profesional, y se produce cuando se desequilibran las expectativas en el ámbito profesional y la realidad del trabajo diario.

Este síndrome es un mal invisible que afecta y repercute directamente en la calidad de vida y fue descrito por Maslach y Jackson en 1986, como un síndrome de agotamiento profesional, despersonalización y baja realización personal, que puede ocurrir entre los individuos que trabajan con personas.

La forma de manifestarse se presenta bajo unos síntomas específicos y estos son los más habituales:

Psicosomáticos: fatiga crónica, trastornos del sueño, úlceras y desordenes gástricos, tensión muscular.

De conducta: absentismo laboral, adicciones (tabaco, alcohol, drogas)

Emocionales: irritabilidad, incapacidad de concentración, distanciamiento afectivo.

Laborales: menor capacidad en el trabajo, acciones hostiles, conflictos.

Existe un grupo de personas que sintomáticamente puede padecer esta enfermedad, estos son los profesionales con contacto con personas, como el personal sanitario, de la enseñanza, asistentes sociales, etc y que según Maslach son los profesionales de ayuda.

Las evidencias que afectan al individuo en el inicio de la aparición de esta enfermedad, se reconocen en varias etapas y son:

1.- Exceso de trabajo

2.- Sobreesfuerzo que lleva a estados de ansiedad y fatiga

3.- Desmoralización y pérdida de ilusión

4.- Pérdida de vocación, decepción de los valores hacia los superiores

Para su medición el método más utilizado es el Inventario Burnout de Maslach, que está formado por 21 ítems, en los que se valoran, el cansancio emocional, la despersonalización y la realización personal.

Diversos estudios nos indican que cuanto mayor grado de control tienen las organizaciones, más aumenta la desmotivación que les puede llevar a casos de burnout. Por lo que para intentar que no aparezca este síndrome, las empresas deberían de adoptar las siguientes estructuras:

- Horizontal

- Descentralizada

- Con mayor grado de independencia

- Promociones interna justas

- Flexibilidad horaria

- Apoyo a la formación

Esta enfermedad con una clara presencia en el ámbito laboral, no esta reconocida por la legislación laboral española como patología, pero sí existe jurisprudencia al respecto, en concreto una sentencia de 12/2000 del Tribunal Supremo.

Lógicamente, lograr unas organizaciones sin burnout, puede parecernos una utopía, pero tenemos que trabajar para que esta enfermedad aparezca lo menos posible en nuestras empresas y así no se convierta en una de las enfermedades profesionales del siglo XXI.


Fuente: arearh.com