Las obras, que se inician esta
semana, aumentarán el calado hasta 15 metros, lo necesario para los
mayores buques que utilizarán la ampliación
La amenaza del consorcio encargado de las obras de
ampliación del Canal de Panamá, liderado por la constructora española
Sacyr, de interrumpir los trabajos si no se acordaba una revisión en el
precio final del contrato ha tenido una repercusión mundial con
ramificaciones en Cantabria. Santander se integra en la larga lista de
puertos que está acometiendo obras de ampliación con vistas a acoger a
los barcos post-Panamax que podrán utilizar la nueva infraestructura:
las obras en el muelle 1 de Raos, en el que se ubica la terminal de
graneles sólidos, tenían previsto iniciarse esta semana para incrementar
su calado hasta los 15 metros con una inversión de 5,5 millones de
euros.
La apuesta de Santander y de multitud de puertos de todo el
mundo es poder acoger a los colosos de esta flota post-Panamax, que ya
son el 30% de los barcos que navegan por el mundo y pueden transportar
de una vez hasta 8.000 contenedores. Hasta ahora, las dimensiones del
Canal de Panamá limitan el tamaño de los barcos a una eslora de 294,1
metros, una manga de 32,3 metros y un calado de 12,04 metros. Cuando las
obras estén terminadas, en enero de 2015 si se cumple el programa,
podrán atravesar el canal barcos de una eslora de 366 metros, una manga
de 49 y un calado de 15 metros, lo que multiplica su capacidad de carga.
Además, también se acortará el tiempo de paso por el nuevo canal.
La importancia de la obra es clave para el transporte
marítimo mundial, tanto para las compañías operadoras como para los
astilleros, que esperan aumentar los pedidos de este tipo de barcos, y
para los puertos que han están ultimando obras de infraestructura.
El Gobierno de Panamá y la Autoridad del Canal de Panamá,
la entidad pública panameña promotora de la obra, han multiplicado en
las últimas horas los mensajes para asegurar a la comunidad marítima que
las obras se terminarán en el tiempo acordado, a la vez que negocian
con el consorcio liderado por Sacyr para llegar a un acuerdo.
La obra en Raos 1, que está previsto que se inicie
efectivamente esta semana, incrementará el calado del muelle en 2
metros, pasando de 13 metros a 15 metros, en una superficie de 50 metros
ancho por 285 metros de largo. Con esta reforma se aumentará la
capacidad del actual muelle dedicado al tráfico de graneles sólidos,
mercancía en general y contenedores, lo que permitirá el atraque de
buques de mayor calado.
El puerto de Santander adjudicó la ejecución de la
infraestructura en agosto de 2012 y el plazo para su realización se ha
establecido en 9 meses a partir de su inicio. Las obras consisten en la
mejora del terreno de cimentación de los cajones del muelle, el dragado
del fondo y el adelantamiento de la línea de atraque.
La primera de las fases, de mejora del terreno, tiene como
objetivo asegurar la zona de apoyo del muelle ante la variación de la
cota del mismo. Esta es la parte más compleja y la más cara del proceso,
y representa en torno al 80 por ciento del coste de la obra. Este
proceso se lleva a cabo a lo largo del muelle, construyendo columnas de 4
metros de diámetro y entre 13 y 18 metros de alto, que una vez
fraguadas y endurecidas permiten el dragado de la fosa de atraque a lo
largo de casi toda la alineación de Raos 1. Finalmente, se procederá al
adelantamiento de las defensas del muelle hasta alinearlas con el inicio
de la nueva cota de los 15 metros.