Transcurrían los primeros días de 2013. Era media tarde
cuando en la radio escuché una entrevista
de una conocida periodista a un individuo que se dedicaba al estudio de
la mente humana. La entrevista me pareció muy interesante y ahora, en mi faceta
docente, me apetece comentarla.
Este buen hombre, estudioso de la mente humana hacía, entre
otras, las siguientes afirmaciones:
- La Creatividad se
encuentra en una parte de nuestro
cerebro que viene a estar situada aproximadamente un par de centímetros por
debajo del lóbulo de la oreja derecha.
- Afirmaba también que la persona que nace con el don de la
creatividad lo conserva siempre. Sólo el acomodo, la rutina, la falta de ilusión, el conformismo, etc.
pueden hacer que una persona creativa deje de serlo.
- Pero al igual que hacía esta afirmación también afirmaba
que ese don no se adquiere ni con técnicas, ni con estudios, ni con nada
parecido. Simplemente, que hay personas que nacen con ese don y otras que nacen
sin él.
Esto que, a poco que
reflexionemos, comprobaremos que es cierto, no es percibido o reconocido por
gran parte de la humanidad. Quizá por la dificultad que entraña el reconocer
las propias limitaciones.
Por lo tanto y dentro las particulares percepciones
individuales, se puede dar el caso de que se confundan términos y se acabe
creyendo que creatividad también consiste en la destruicción del trabajo ajeno. Por poner un
solo ejemplo, todos sabemos que se celebra
la botadura de un buque, pero nadie monta una fiesta por su desguace.
Como conclusión, para ese nutrido grupo de
personas, sería recomendable que, de vez
en cuando, se reflexionara para ver si lo que se va dejando detrás no es algo
similar a un desierto.
Esta constructiva lección, la doy gratis.
José Loreto.