26 diciembre, 2013

Patadas en el culo con espíritu muy navideño.



Sea por lo que sea, hay quien  no solo no respeta “la tregua” navideña,  si no que  prefiere utilizar estos días para atacarme un poquito más, en mi ausencia y  con un nuevo alarde de falta de clase y de estilo. 
Ataques directos e indirectos.  Actuando de una forma más papista que el papa (con perdón); evidenciando falta de equilibrio y de criterio; y por último,  volviendo a errar en la dirección del tiro cayendo en aquella famosa y absurda estrategia de darme la patada en el culo de otros. 
A mí me molesta. A los que reciben las patadas ni te cuento. 
Pero al menos, el problema de los que están recibiendo patadas o zancadillas, es temporal.