28 agosto, 2013

¿Llegó el momento de reaccionar para los gruístas?


Edgar Morin: “Falta un pensamiento que diga adónde dirigirse”


Pongámonos en antecedentes y recordemos que en Sestisan los trabajadores establecen dos tipos de vínculos. Uno Sindical y otro Gremial. Y desde el punto de vista gremial como gruista recuerdo, y recuerdo con mucha nostalgia los tiempos en los que nos hicimos oír en Sestisan. Esos momentos en los que el colectivo de gruístas reaccionó ante los abusos. Abusos de unos y de otros. Hasta que llegó el momento de la necesaria revolución.
 Recuerdo como aguantamos que se nos impidiera salir de conductores de coches con el argumento de que no teníamos ropa blanca y tardaron tres meses en dárnosla. Recuerdo como nos quitaron las rampas y recuerdo todo lo que fue necesario batallar, casi desde el aspecto individual para lograr que se nos permitiera manipular las Maquinillas, esas mismas maquinillas que ahora parece que nos pretenden robar. Recuerdo que tuvimos que hacernos oír y luchar mucho por conseguir el tiempo de la comida. Tiempo de comida que nunca luchó el resto de colectivos. ¿Y los relevos? ¿Es preciso recordar lo que costó conseguir los relevos?



Viene esto a colación porque hoy mismo he comprobado que dos compañeros no han sabido defender el papel del gruísta en el relevo, y porque ayer mismo alguien ha colocado una lista con la intención de que se apunten compañeros y nos quiten nuestros derechos sobre las maquinillas y porque además llevamos varios nombramientos de C.M.M. a buques para embarcar Apeas  que se están realizando con grúas hidráulicas sin ningún tipo de reacción colectiva por parte de los gruístas.



Y es que parece que los gruístas hemos olvidado ser igual de gremialistas de los demás. No aprendemos nunca.
 Mientras algunos gremios establecen pactos poco confesables, nosotros nos diluimos. 
  Pero es que si todo lo anterior es cierto, no es menos cierto que, guste o no, todos los avances se consiguieron con el apoyo de todos en algunos casos y de muchos en otros, pero siempre bajo dirección y liderazgo de una sola persona. Persona que ve con estupor como todo lo conseguido se va desmoronando.

Y es que además existe una verdad incuestionable. Y es que además de saber plantearse objetivos, es necesario tener el suficiente conocimiento para saber si los objetivos son alcanzables y cómo alcanzarlos.
 Y eso no está al alcance de cualquiera.