27 agosto, 2013

La agenda portuario - marítima

Por un lado, la resolución de la denuncia del modelo de estiba español en el Tribunal de Luxemburgo, que seguirá coleando a pesar de una nueva temporada con un nuevo Acuerdo Marco de la estiba. Esta asignatura, con los alumnos encabezados por su profesor José Llorca, que han decidido dejar pendiente para septiembre, se reaparecerá a medida que pase el tiempo.

El sistema de la estiba español está perdiendo una oportunidad para acordar, por la vía de consenso, su verdadera reforma. Sin embargo, los protagonistas han elegido el habitual sistema de patada hacia delante con un horizonte de 6 años para ver qué ocurre. En el fondo, en este país de lo políticamente correcto, todo el mundo está esperando a que los problemas se los resuelva el de al lado. De esta forma, es más cómodo esperar que el Tribunal de Luxemburgo dictamine y, como ha pasado con el tax lease, nos den un susto, ese susto después se negocie con el Gobierno de España, se quede en menos susto y al final de los sustos, los paguen los contribuyentes reestructurando el sector a cargo de su bolsillo, y aquí no ha pasado nada. Evidentemente, no hay que criticar a la gente, porque se le ha enseñado que esta es la sistemática correcta y por tanto, todo el mundo se adhiere a ella.


El segundo problema es la denuncia por el Tribunal de Cuentas de la Unión Europea del sistema Marco Polo, que sí conlleva una denuncia más profunda de todos los sistemas de apoyo a la transferencia modal. En este caso, la transferencia modal que el programa Marco Polo lleva intentando realizar desde 2003, es desde la carretera al barco. La UE no se pone de acuerdo consigo misma en si apoyar sistemas como el Ecobonus italiano, que prima directamente al transportista con un cheque por semirremolque enviado, que se aproxima al 30% del coste, y como siempre los Gobiernos prefieren tener maniobrabilidad, pactando ayudas de Estado o por la vía de Marco Polo, favoreciendo algunas líneas sí y otras no.

El dictamen del Tribunal de Cuentas europeo, que además sigue al informe sobre Marco Polo de la propia Comisión, es contundente y demoledor, y no se puede esperar que con ese informe de aquí en adelante haya un Marco Polo 3 o sistema parecido. Esto pone también en tela de juicio las ayudas de Estado, como las previstas y asignadas en el acuerdo bilateral entre España y Francia para proponer las Autopistas del Mar entre el norte de España y Francia.

El tercer punto es resolver definitivamente el tema del tax lease, que evidentemente al haber subido la devolución de ayudas obligatorias del 2007 en adelante, se verá reducido de los 2.800 millones iniciales. Esto va a acabar en otro susto para los inversores, astilleros y navieros, que acabará teniendo que pagar el Estado, si no quiere que huyan los inversores de cualquier sistema de bonificación.

El Estado pagará, pero ahora se haya en el dilema de si seguirá con este tipo de bonificaciones, que como se viene pregonando, irá suprimiendo casi todas las deducciones que se aplica al Impuesto de Sociedades, lo cual al final puede ser tanto como ponerle dificultades al tax lease en el futuro.

Fuente: Revista Puertos y Navieras. Artículo de su editor, Armando Estrada

La Publicación de este artículo no implica que estemos de acuerdo con las opiniones que en el se recogen.