Hace unas semanas que venimos asistiendo al funeral y
entierro de las relaciones laborales en Sestisan-Sagep. Ya no se guardan ni las
formas. Todo es grotesco.
A Nicolás de Maquiavelo se le atribuye la frase de “El fin
justifica los medios”, frase que por cierto nunca pronunció. En cualquier caso,
a lo que estamos asistiendo es a un patético y paupérrimo espectáculo muy lejos de los mínimos principios éticos que deben prevalecer en
las relaciones laborales.
Como los fieles seguidores de este blog conocen, la mutua concesión
de atribuciones por encima de lo reservado en el convenio colectivo para la
Comisión de la Disposición Final Cuarta, ha dado, para satisfacción de alguno, al
traste con las frágiles relaciones intersindicales.
Entendemos que además, a algún representante sindical todo esto pudiera venirle incluso muy bien, pero al colectivo muy mal.
Desde la última reunión de esta Comisión celebrada el pasado
18 de febrero, SCAT viene defendiendo que
los asuntos discutidos en esa última reunión sobrepasarían sus competencias y supondrían modificaciones
sustanciales de las condiciones de trabajo y retributivas de todos o parte de
los trabajadores, dependiendo del asunto al que nos refiramos.
El pasado miércoles, SCAT presentó un documento en el
registro de Sestisan-Sagep reclamando se nos proporcionen una serie de datos,
de información al respecto, o en el caso contrario iniciaremos los trámites
procesales oportunos, ya que uno de estos asuntos, “el denominado remate sobre
remate” puede haberse aplicado ya. Y el plazo finaliza este miércoles.
Hoy, y con los plazos ya muy justos, parece que la gerencia realiza
dos movimientos sincronizados y pretende, no sin ciertas prisas de esas que
llevan inequívocamente al error, ir cerrando algunos aspectos referente a la
información que SCAT le solicitaba, y entrega a la representación sindical una
propuesta de acta sobre lo discutido en la fecha que citábamos anteriormente,
que es difícilmente asumible para trabajadores sindicalistas con un mínimo de amor propio.
En primer lugar no se puede admitir que en la reunión del
día 18 de febrero se hayan acordado o tratado asuntos o acuerdos que ya se
vienen aplicando desde el último trimestre de 2014. Pudiera ser que, al venirse
aplicando estos acuerdos previos a la reunión del 18 de febrero, que por cierto
SÍ ENTRAN DENTRO DE LAS COMPETENCIAS de la Comisión que los negoció sin haberse
firmado un acta al respecto, el mero hecho de incluirlas en este, pudiera entenderse
como una especie de ultimátum o chantaje al estilo de, o me lo firmas todo, o
no hay nada.
Desconocemos cuales son las verdaderas intenciones pero no
creemos que esta apreciación vaya demasiado desviada, dadas las circunstancias.
Aquí ya entra la personalidad de cada uno. Y quien tiene
personalidad, además de pregonarlo ha de demostrarlo sin dejarse coartar por
este tipo de “proposiciones HUMILLANTES”. Humillación que no hay por qué aceptar, entre
otras cosas porque dar marcha atrás unilateralmente por la empresa en la
aplicación de estos acuerdos, supondría
de forma inmediata la finalización del actual período de Paz Social.
Por otro lado, no nos imaginamos a ningún sindicalista que se precie de serlo, firmando un acta en el que figura lo que figura y admitiendo, por tanto, pasar
a la historia cargando con el dudoso mérito de regalar los derechos reconquistados
con este convenio de limitar los remates a lo que fija el IV Acuerdo Marco y con la verguenza de admitir por primera vez en la historia de
Sestisan, el remate sobre remate. Remate sobre remate que por cierto deja la
posibilidad abierta a un remate del remate sobre remate. ¡POR DIOS!
Por cierto, durante la lectura de este artículo, alguien
habrá podido comprobar que nada se afirma concluyentemente, ni tampoco que ya
se haya aplicado el remate sobre remate. Sin embargo nos sorprende, y de hecho
no damos crédito, a la posibilidad de que
12 días después de que esta aplicación se diera por cierta y una semana
después de que quien pudiera haber pasado a la historia por ser el primer trabajador
al que se le hubiera pagado, presuntamente, un remate sobre remate, a este
trabajador, precisamente, le pudiera solicitar ahora la gerencia un informe de los
horarios y finalización de la operativa en la que supuestamente se dio esa circunstancia. Tan raro que no parece muy creíble. ¿O sí?.
Para finalizar, quiero hacerlo con una frase que sí escribió
Maquiavelo y que hace entendible todo lo anterior: «desde
hace un tiempo a esta parte, yo no digo nunca lo que creo, ni creo nunca lo que
digo, y si se me escapa alguna verdad de vez en cuando, la escondo entre tantas
mentiras, que es difícil reconocerla»