Siempre me pareció muy original (además de acertada en
muchas ocasiones) esta frase que escuché en una canción. Pues a esto se puede
resumir la asamblea del pasado día 19 de marzo (ya no respetamos ni el día del
padre).
Cualquiera que busque en la anterior entrada de este blog
puede repasar el orden del día. Para el que no lo entienda por leerlo desde
fuera de nuestro pequeño ámbito, el punto 1 sobraba. Tanto, que causó sorpresa
el que simplemente se tratara algo que contaba con tan amplio consenso, que en
su momento supuso la protesta de al menos una gran parte de los sindicatos,
entre ellos nos consta que al menos Coordinadora y SCAT, cuando en una
asignación de personal no se aplicó correctamente y había quedado ya en su
momento meridianamente claro.
El punto 4, ruegos y preguntas, nunca sobra pero en este
caso sí que sobró, por lo que la Asamblea, como era previsible, se centró en
dos puntos.
Y aquí empezamos a
aplicar, y desgranar, el título de este
comentario.
El Punto 2.- Remate
sobre remate, o como pasamos DE LO TOLERABLE A LO ILEGAL.
Esto lo vamos a explicar con un ejemplo que espero que sirva
para que se entienda por ser sumamente explicativo de lo que pasa:
Todos los que conducimos sabemos que el límite legal de velocidad
en Autovías es de 120 Km/h., del mismo modo que sabemos que los radares que
detectan los excesos de velocidad tienen unos márgenes de tolerancia, lo cual
viene a suponer que puedes circular cerca de los 130 Km/h. sin que el radar
salte. ¿Quiere esto decir que es legal circular
por Autovía a 130 km/h?. Respuesta correcta: NO.
Es más, si superas
ese límite tolerable,(pongamos que te coge un radar a 135) la Autoridad Competente te recuerda que has
superado el límite en 15 Km/h., no en 5. ¿Entendido? No sé, a mi me parece muy fácil.
Pues con el remate pasa lo mismo. Digamos que le tenemos
dentro de esa tolerancia, lo cual no quiere decir que sea del todo correcto. Ya
en el Remate Especial nos sobrepasamos de esa tolerancia y
ahora con el Remate sobre Remate no respetamos ya ni el sentido de la vía, para
convertirnos, siguiendo con este
ejemplo, en auténticos Kamikazes del volante. (Esto está bien, ya tenemos en
Sestisan Samuráis y ahora Kamikazes).
Al menos la forma en la que todos nos manifestamos sobre
este punto, y sobre todo la ESCENIFICACIÓN, fueron lo suficiente elocuentes
como para no necesitarse más comentarios al respecto. Pero sí que se comprobó
de forma muy evidente quien es la mano que mece la cuna y alguno no pudo evitar
mostrar gesto contrariado cuando observó como la Asamblea le propinó un vistoso
revolcón. Porque aunque finalmente alguno se piense que esto lo saca adelante
con dos o tres modificaciones, eso no va a ser posible. Palabrita.
El Punto 3.- Relevos
de Grúas.
Esto fue de traca. Te ponen este punto en el orden del día y
al final terminas votando, además de eso, otra cosa muy distinta. Pues nada. Ellos mismos. Lo que teníamos
que decir ya lo dijimos en la Asamblea.
Se
han pasado por sus partes con La Carta Magna del Sindicalismo que es el
Estatuto de los Trabajadores, en primer lugar porque aparentan, al menos, y de forma muy
preocupante, no haberlo leído nunca y cuando tratas de aplicar tu lado docente obtienes
la arenga como respuesta, y además, como fue el caso de los que hacían de
portavoces de la gerencia, se llegó a manipular el contenido de un acta, a
través de una lectura que no se ajustaba a los contenidos de la misma, uniendo dos puntos que aparecen por separado. Esto es
MUY GRAVE. Todo ello.
CONSECUENCIAS
¿Alguien asumirá algún tipo de responsabilidades por todo
esto? ¿Se producirá alguna dimisión? Nos tememos que no.
Al final se ha
contaminado tanto el sindicalismo en Sestisan, que se ha perdido el norte, que
quien defiende derechos acaba siendo incomprendido cuando no atacado, hay quien
ya no se corta cuando tiene por guión el que le ponen delante, cuando las
propuestas se basan en el “Si a mí me vale, vale” o "Lo mío, mío y lo tuyo, mío", cuando como estibadores tenemos
un futuro muy incierto por delante y sólo nos preocupamos del ombligo y de lo
que está un poco más adentro del ombligo, y cuando sólo algunos se preocupan de
incordiar y casi afirmaríamos acosar a los afiliados de SCAT para que cambien nuestra
afiliación por la suya, buscando perpetuar su paupérrimo y preocupante modelo de gestión sindical.