Ayer se dio inicio al mudial de vela olímpica que se celebrará en aguas santanderinas durante las dos próximas semanas. No son tiempos estos en los que la iniciativa privada se moje mucho en patrocinios y menos en un mundial de vela olímpica que no levanta mayor interés que el de servir de preclasificatorio para la próxima cita de la olimpiada en Río (de Janeiro, no de la Pila). Ante la falta de iniciativa privada alguien tenía que asumir ciertos gastos y en este caso el gasto lo hemos asumido todos los españolitos, ya que lo que no pone la iniciativa privada lo han puesto organismos oficiales.
De esta forma hemos visto como se ha remodelado toda la zona de Gamazo para mayor gloria del Sr. Alcalde, aunque la actuación le haya correspondido a la Autoridad Portuaria, propietaria de la parcela. En una zona que evidentemente estaba premeditadamente abandonada, y anidaban ratas tal y como resaltan algunos medios de comunicación que no esconden su afinidad por la figura del Excelentísimo Sr. de la Serna, otrora era el mayor núcleo industrial de la Muy Noble, Siempre Leal, Decidida, siempre Benéfica y Excelentísima ciudad de Santander. Bueno, pues en lo que suponía el motor industrial de la ciudad, que daba empleo a más de 1000 familias hace menos de cuarenta años, ahora tenemos jardines, hormigón y cuatro acomodadores y dos taquilleros trabajando. Pero contentos.
En cualquier caso, no queremos perder más tiempo con este asunto. Veremos a lo largo de esta próxima semana cómo la inversión realizada por al Autoridad Portuaria en ese entorno no es más que la punta del Iceberg de otras inversiones que por modestia, tal vez por timidez del Presidente de la Autoridad Portuaria, no son conocidas por el resto de la ciudadanía pero quí estamos nosotros para que no pasen desapercibidas.
Los santanderinos no salen de su asombro de que cuando llegan los cruceros a Santander, (unos cuatro al año lo que que según el Diario Montañés nos converte en la capital mundial de los cruceros), los curceristas no llenan o incluso no invaden nuestros comercios como siempre pronostican los ediles santanderinos. La verdad es que los ciudadanos no tienen conocimiento de ello, pero para los cruceristas la tentación es grande. A las ofertas conocidas de visitar Bilbao, el Gugenheim (o como se escriba), Santillana, etc, hay que sumar una oferta desconocida por la mayoría y es el de disponer de un campo de golf de dieciocho hoyos a pie de crucero, lo cual es una oferta que hace sucumbir a los pocos cruceristas que no contratan otras excursiones.
La Historia es la siguiente. El único muelle que reunía condiciones para el atraque de cruceros en el centro de ciudad, fue elegido por el gran benefactor de la ciudad (D.E.P. que sería de nosotros sin él) para levantar lo que sin duda será la obra definitiva y que colocará a nuestra ciudad en el top ten de la oferta cultural mundial y que hará que las colas para visitar nuestra ciudad se prolonguen casi ilimitadamente. Como mínimo e insignificante daño colateral los cruceros de cierta embergadura tienen que atracar en Raos-5, donde, en compensación, la Autoridad Porturaia ha construido un campo de golf incomparable donde de vez en cuando los estibadores practicamos deporte por aquello de no irnos en vicios. En defintiva, que los cruceros se alejan de la ciudad y además se les pone una oferta tan tentadora a los cruceristas cuya consecuencia es que estos no visiten ni la ciudad ni sus comercios. Y para muestra un botón.